En 1886, Eugen Goldstein realizó algunos
experimentos con un tubo de rayos catódicos con el cátodo perforado. Observó
que, al mismo tiempo que se producían los rayos catódicos, existían otros que
atravesaban los orificios del cátodo, produciendo luminiscencia al chocar con
las paredes del tubo. Recibieron el nombre de rayos canales y estaban
constituidos también por partículas, pero en este caso tenían que ser
positivas, pues eran atraídas por el cátodo. La masa dependía del gas que
estuviera encerrado en el tubo y esto aclaró que salían del seno del gas y no
del electrodo positivo. Al experimentar con hidrógeno se consiguió aislar la
partícula elemental positiva o protón, cuya carga es la misma que la del
electrón pero positiva y su masa es 1837 veces mayor.
Mediante diversos experimentos se comprobó
que la masa de protones y electrones no coincidía con la masa total del átomo;
por tanto, el físico E. Rutherford supuso
que tenía que haber otro tipo de partícula subatómica en el interior de los
átomos.
Estas partículas se descubrieron en 1932
por el físico J. Chadwick. El hecho de no tener carga eléctrica hizo muy difícil su descubrimiento y
recibieron el nombre de neutrones.
En este enlace puede formar distintos átomos de manera interactiva y sencilla.